Mensajes.






EL  ESTILO DE DIOS ES HUMILDAD 
Y SILENCIO 






PAPA FRANCISCO:
LA CORRECCIÓN FRATERNA 
AYUDA A SANAR



DIOS TE HABLA ESCÚCHALO 0001




HISTORIA PARA NIÑOS...O PARA ADULTOS LLENOS DE FE
OSADÍA MATERNAL


Al amparo de la noche, la angustiada condesa se dirigió a la catedral. Se arrodilló delante de la Virgen, rezó unos momentos...y llevó a cabo su atrevida resolución.


Lucía Ordoñez

R repasando antiguas revistas, llegué a unas páginas ya amarillentas donde se contaba la historia de un pequeño condado perdido entre las montañas de Europa, que en medio de las turbulencias del siglo XVII se ufanaba de llevar décadas gozando la más perfecta paz.

Comienza el interesante relato contando cómo buena parte de la población se encontraba reunida en la majestuosa catedral. Era misa de domingo. Las vidrieras filtraban en mil colores el sol veraniego. Llegado el momento oportuno, el viejo obispo leyó las intenciones de la misa; la última de ellas era siempre la misma.

- Señor, aparte de los hogares de nuestro condado las calamidades de la guerra.
  
Una comadrona sentada sentada en la primera fila murmuró entonces a su vecina:

-¿No te lo dije?  Siempre repite la misma intención. ¡Qué exagerado!

El obispo, aunque entrado en años, conservaba el oído fino y contestó:

- Muchos no dan el debido valor al don de la paz porque jamás conocieron los terribles sufrimientos de la guerra.

Sin embargo, estas sabias palabras no causaron mayor efecto en la numerosa asamblea reunida bajo las bóvedas de la gran catedral. Era gente que ya no sabía apreciar debidamente la paz que disfrutaba.

Una excepción a la indiferencia general era la condesa Alicia, que oía atentamente las palabras del obispo. Un duelo, tan común en esa época, la había dejado viuda cinco años atrás. Desde ese día,  todo el amor de su corazón lo volcaba en el único hijo que la Providencia le había dado.

Consciente del dolor que causa la pérdida de un ser querido, estrechó al pequeño Gerardo junto a sí, mientras su mirada suplicante buscaba la imagen de María: "¡Oh Madre Santísima, aparta de nosotros el flagelo de la guerra! ¡Ya perdí a uno, que no pierda al otro!"


******
Pasaron 15 años...¡Ah, desdicha! Ni los temores de la afligida madre ni los insistentes ruegos del piadoso obispo fueron suficientes para alejar del condado el mal que ambos temían.

La riqueza de la región y el descuido de sus habitantes alimentaron las esperanza de un codicioso rey vecino por consiguiente una conquista fácil y rentable. Así,  se vieron obligados a empuñar las armas en defensa de su libertad y su tierra.

Antes del comienzo de las hostilidades, se celebró una última misa en la catedral, repleta como nadie recordaba haberla visto. En el primer banco estaba la condesa y a su lado Gerardo, convertido ahora en un gallardo oficial de imponente uniforme. Alicia no podía ocultar su dolor y aprensión. ¡Qué acierto demostraban las plegarias elevadas durante años por el anciano obispo!.

Durante las semanas siguientes se libraron sangrientas batallas,. Pero el Altísimo se compadeció de aquella gente y al poco tiempo se firmó un tratado de paz. Felizmente, el condado logró conservar intactas su autonomía y sus fronteras. ¡Pero a qué precio!. Pocas, muy pocas eran las familias sin muertos que llorar.

La condesa Alicia estaba angustiada, Gerardo había escapado con vida, pero lo habían capturado y ahora llevaba una vida miserable en la mazmorra de una inxpugnable fortaleza enemiga.

******

Todos los días muy temprano la condesa iba a la Iglesia, oía misa y luego se quedaba largas horas rezando frente a la Virgen María. Sus lágrimas mojaban un pañuelo tras otro, y todos se emocionaban al ver tamaño dolor.

Además de las persistentes súplicas al Cielo, la noble dama envió varios emisarios al reino vecino con ventajosas propuestas a cambio de la libertad de su hijo. Todas fueron rechazadas.


Así pasaron casi dos años y la angustiada condesa, después de llorar y pensarlo mucho,  tomó una osada resolución. Al amparo de la noche se dirigió a la catedral; pues sabía que a esa hora estaba vacía. Sólo la tenue luz de las velas votivas iluminaba aquí o allá las piedras seculares. Se arrodilló frente a la imagen de la Virgen y rezó esta oración:

- Virgen Santa, durante todo este tiempo te rogué la liberación de mi hijo y tú no quisiste venir en ayuda de una madre desdichada. Pues bien,  así como me quitaron a mi hijo, permitirás que yo tome ahora al tuyo y lo guarde como rehén. Prometo devolvértelo  tan pronto como tenga el mío de nuevo en mis brazos, sano y salvo.

Una vez segura de que nadie la observaba, se acercó a la imagen, retiró de sus brazos al pequeño Niño Jesús, lo escondió bajo el manto y lo llevó a su castillo. Ahí lo envolvió en tejidos ricamente bordados y lo guardó en su cofre.

Mientras tanto, a muchos kilómetros de distancia, el infeliz Gerardo seguía prisionero en la mazmorra de fortaleza.. Cargaba su trágico destino con pesadumbre, cuando una súbita luz brilló con fuerza iluminando la celda: ¡era la propia Madre de Dios, resplandeciente de gloria y hermosura! A un suave gesto suyo las pesadas puertas del calabozo se abrieron de par en par. Con una mirada dulce y firme, la Reina del Cielo le dijo:

-Joven, ahora eres libre. Ve a tu hogar y dile a tu madre que me devuelva a mi Hijo, ahora que le he restituido el suyo.

Extasiado, Gerardo se restregaba los ojos, creyendo estar soñando.

-Pero...pero...¡Señora!

La celestial visión se esfumó y la cárcel volvió a caer en la oscuridad. El joven Gerardo, con el alma en vilo, se escapó por los corredores. Sorprendido vio a todos los guardias en el suelo, presos de un sueño profundo y misterioso.

Tres días más tarde, poco después del almuerzo, la condesa Alicia escuchó un agitado vocerío en el gran salón de entrada. Sobresaltada, bajó deprisa y encontró una multitud de cortesanos, guardias y criados en torno a un personaje flaco, barbudo y andrajoso. Cuando giró hacia ella, ¡qué sorpresa!.

- ¡Ay, Dios! ¡Hijo, hijo mío querido!

Madre e hijo se estrecharon en un largo y tierno abrazo. Recompuesto de la primera emoción, Gerardo le dijo:

-Madre, antes que nada es preciso que cumplas con tu parte del trato.

Alicia comprendió inmediatamente ese mensaje. Para sorpresa de todos, subió  a sus aposentos y trajo de vuelta, con lágrimas de alegría, al pequeño y divino cautivo que guardaba consigo.

Una singular procesión se encaminó entonces a la catedral, en donde,  frente a una admirada multitud, la condesa fue a los pies de la Virgen Madre, esta vez para decirle:

-Celestial Señora, te agradezco que me hayas devuelto a mi hijo! Fiel a mi promesa, aquí traigo el tuyo.

Más que la victoria en una terrible guerra, la Virgen premió al condado con el preciosos don de ese milagro que demuestra lo que pueden, ante el trono de Dios, el amor y la osadía. *

UNA PRUEBA AL FINAL DEL CAMINO
Guía para asesores de la tercera edad Nunca es Tarde. 
Marta Benitez Cruz


¿ Es la vejez verdaderamente un prueba? ¿Qué idea tenemos de nuestra Tercera Edad? ¿Sabemos qué es?

Sí y no. Hay un momento que no podemos precisar de modo categórico en qué puedo decir: Antonio o María ya están en la Tercera Edad. Lo mismo pienso y digo de mí mismo: ¿Pertenezco a la Tercera Edad?..." No interesa establecer aquí datos científicos, ni biológicos... Pueden ser útiles, pero a nosotros nos basta saber que llega un momento el la vida en el cual la curva ascendente que marcaba su itinerario, empieza a descender. Si nuestra entrada en la vida está marcada por un momento definido y claro, nuestra salida de la vida se va realizando paulatinamenter, como por etapas.

Dice Teilhard de Chartin: "Todos, un día u otro, tuvimos o tendremos conciencia de que alguno de los procesos de desorganización se ha instalado en el corazón mismo de nuestra vida..."

Tal vez sea el momento del comienzo de la Tercera Edad.

Pero volvemos a interrogarnos: ¿La vejez es una decadencia? ¿Es una crisis? ¿Podemos evitarla? ¿Cómo?...y pueden surgir mil interrogantes...y mil respuestas...

Nos parece muy esclarecedor y provechoso el recurrir a la opinión expresada por testimonios de personas mayores.

Veamos que dicen

NO CREAN QUE ESTOY TRISTE

"tengo 90 años. Todo lo que he amado ha ido desapareciendo de mi vida.  Trato, sin embargo, de comprender lo que pasa. Vivo sola, no puedo salir y dependo de los que me rodean. Pero vivo en paz y alegría. Comprendo que la vida del corazón, la vida interior del alma pueden seguir siendo jóvenes a pesar de la pérdida de mis fuerzas físicas. Y así bendigo y agradezco cada día los dones del Señor.

Meditemos  ante esta experiencia la palabra de San Pablo:

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De la Palabra de Dios:

"No nos desanimemos aunque nuestro hombre exterior se vaya destruyendo, nuestro hombre interior se va renovando cada día. Nuestra angustia, que es leve y pasajera, nos prepara una gloria eterna, superior e incomparable" (2da Cor. 4,16-17)

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HAN PASADO MESES ANTES DE LOGRAR
ACEPTAR MI SITUACIÓN

"Habiendo quedado viuda muy joven, me puse empeñosamente a trabajar para mis tres hijos. Cuando éstos fueron grandes y formaron su propio hogar me convertí en la cariñosa "abuela". Con una buena salud me dediqué a visitar amistades, conferencias, teatro, algún viaje, en una palabra disfruté de la vida. En 1973 caí casi fulminada por una crisis cardíaca. Un tiempo estuve hospitalizada, pero pude volver a casa.  Comprendí que mi hora no había llegado aún. Pero me costó muchísimo aceptar mi inactividad y reposo obligado.  Han pasado meses de lucha. Creo ahora, que gracias a mi fe,y el amor de Jesús puede superar esta prueba."

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De la Palabra de Dios:

"No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias... Entonces la paz de Dios que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús" (Fil. 4,6-7)

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YO SUFRO CON AQUELLOS
QUE ESTÁN HERIDOS

"Tengo 79 años, camino poco y mi vista se declina; pero esto que podría parecer una prueba, se transforma en gracia, ya que este estado de sosiego y forzada quietud me llevan a una intensa vida interior.

A menudo se oye decir: "No deberíamos envejecer y yo respondo siempre: el envejecer es por el contrario "una gracia", que nos permite acercarnos a Dios y presentarnos frente a Él con nuestras pobres miserias. Y entonces sufro por todos aquellos que no aceptan su vejez, la rechazan y viven amargados.

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"Por eso me complazco en mis debilidades...por amor de Cristo porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Cor. 12,10)

De la Palabra de Dios

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¿ENVEJECER CON ALEGRÍA?
¡NO ES TAREA FÁCIL!

" ¡Qué tristeza produce constatar, cuando se llega a la vejez, que vamos perdiendo la memoria! Y se val olvidando así tantos momentos placenteros, felices de nuestra vida. Y cuando nos damos cuenta de que nos acosan recuerdos de rencor y hasta de odio...Yo no quiero sucumbir, por eso me itnegré a un simpático Club de la Tercera Edad donde se nos habla siempre de lo importante que es "envejecer con alegría". He encontrado paz cuando dejé mis inútiles confidencias que me llevaban a la crítica y a reabrir mi antigua llaga"

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De la Palabra de Dios

"Alégrense siempre en el Señor...sean amables con todos. El Señor está cerca. No se angustien por nada y en cualquier circunstancia recurran a la oración ...Entonces la Palabra de Dios que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo cu cuidad los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús" (Fil. 4,4-7)

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A TRAVÉS DE LAS HUMILLACIONES

"He sentido la impresión desagradable de "volverme inútil" y de ser olvidada y relegada por la sociedad a la que pertenezco. Agarrándome fuertemente a la fe y a través de la Biblia descubrí que la Tercera Edad se vive ante todo en la fe y en la humildad. Aceptar estos despojos impuestos por los años es sin duda una suerte de humillación. Cuando comprendí y acepté estas "humillaciones", recién entonces aprendí la verdadera humildad. Fue entonces cuando recé con devoción esta invocación:

"Jesús manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo".

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De la Palabra de Dios

"Jesús se humilló y así mismo haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz" (Fil. 2,8)

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EN LO SIMPLE Y COTIDIANO
LOGRÉ AMAR Y SERVIR A DIOS

Todo mundo es capaz de realizar actos heroicos aisladamente. Pero, ¿quién puede vivirlos en lo cotidiano, en la oscura trama de, en la oscura trama de todas las jornadas? Yo lo viví así. En las grandes pruebas de la vida siempre fui heroica. Unida al Señor todo lo ofrecía en profunda oración y comunión a su divina Voluntad. Pero ahora, postrada en cama, cuando se me anuncia un mal incurable...no logro recuperarme. Apenas termino un decena de rosarios, cuando ya mi pensamiento se pierde, divaga, y termino por dormirme. Recuperada parcialmente, llena de miserias, descalcificación, reumatismo, trato simplemente de servir, aunque sea con mi presencia, no quejándome y así vivo en la entrega cotidiana del dolor renovado cada día, pero sobrellevado gracias a la presencia del Señor. Abandono total, absoluto, renovado cada día".

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De la Palabra de Dios

"No se inquieten por el día de mañana; mañana traerá su propia preocupación. A cada día le basta su aflicción" (Mt. 6, 34)

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ACTIVIDAD PERSONAL

Meditar cada uno de los testimonios a la luz de la Palabra de Dios. Tratar de rezar la propia situación por la que cada uno esté pasando y escribir en el recuadro el testimonio de nuestra Tercera Edad.

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El testimonio de mi tercera edad es



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El tesoro del rey


Antes de iniciar sus estupendas campañas por Asía, por la India y por África, Alejandro Magno agotó íntegramente las arcas del tesoro real.

¿Magnanimidad del gran caudillo? ¿Un gesto de ostentación, publicidad o demagogia? No sé. Solamente sé que un lacónico diálogo se realizó en el palacio real. Dialogo incisivo y luminoso que la Historia ha guardado.

Frente a los cofres vacíos, uno de los oficiales preguntó a Alejandro Magno:

- ¿Qué reserváis para vos, Majestad?

- ¿La  esperanza -respondió el impetuoso monarca.

Si me preguntaran cuál es el mayor anhelo de mi vida, respondería, humildemente:

Restituir alegría, optimismo,
fe y esperanza 
a los que han perdido la sonrisa
a lo largo del camino.


NOSTALGIA DEL AYER

El mundo se ha transformado en una rueda gigante. ¡ Y cómo cruje triturándonos sin piedad  en su engranaje inhumano, implacable!

Mundo herido, desajustado, en crisis.  Crisis en todos los niveles, en las áreas más diversas. Crisis política, económica, social. Crisis de fe, de valores, de relacionamiento, de credibilidad en los gobiernos. Crisis de esperanza, en lo íntimo de los hogares, en el fondo del corazón. La simplicidad agoniza, la oración no encuentra espacio, el silencio casi no existe, el evangelio está siendo marginado y los ideales cristianos se marchitan gradualmente como la flor quemado por el Sol.

Inquietos, divididos, desmantelados y sin unidad interna, perdemos la costumbre de sonreír, la jovialidad, sin tiempo para detenernos y reflexionar, para sumergirnos en el fondo de la vida, de nosotros mismos.

Los compromisos se multiplican, la lucha por la sobrevivencia urge. Las solicitudes nos rodean. Siempre estamos atrasados, atropellados, siempre saliendo de casa, siempre buscando. Ávidos, vertiginosos, voraces. Se escucha un clamor unísono, nostálgico, amargo, desalentado. Personas adultas que dicen: ya no me conozco, no soy yo mismo. Antes yo era más alegre, más despreocupado, más sereno, más feliz. ¡Sentía paz y seguridad, el gusto de vivir!.

En la prisa, en la carrera, la fe zozobra y la esperanza se evapora. ¡Si no volvemos a las fuentes, adiós mundo antiguo crujiendo en los ejes!.

En nuestras angustias de hoy, la nostalgia de la paz, del sosiego y de la seguridad de ayer. De aquel gusto de vivir que disfrutábamos.

"Si un día Ud. pierde la esperanza,
búsquela en los ojos de un niño",


LA ESPERANZA ES ESENCIAL

El 15 de abri de 1980, en Paris, a los 74 años de edad, falleció Jean Paul Sartre, prisionero de la filosofía existencialista que dominó el pensamiento europeo de la pos-guerra, considerado unánimemente como  como el mayor pensador francés del presente siglo.

Angustia, desesperación, amargura, tedio, rebelión, inconformidad y desesperación salta de toda la obra sartreana. Pero en los últimos años de su vida, cuando cuando la muerte comenzó a rondar sus pasos, Sartre dio un giro en sus ideas, influenciado por su gran amigo francés, el escritor Pierre Victor. El Sartre de la angustia, de la náusea, del ateísmo, pasó a hablar de la esperanza. La esperanza como razón de la existencia.

Esperar y desesperar son las palabras-clave de los dos momentos supremos del pensamiento sartreano. En su última entrevista, antes de fallecer, ya ciego, el corifeo del existencialismo sorprendió al mundo con esta confesión inusitada:

-Personalmente nunca sentí la desesperación, la desesperanza. Yo escribía sobre esos temas porque era moda...

Ya convertido y modificado, en la recta final de sus  días, Sartre proclama, con el vigor de su estilo inconfundible de siempre:

-La esperanza
forma parte del hombre.

Gracias, Jean Paul Sartre, por este giro ideológico, fundamental. Sin esperanza es imposible vivir. La esperanza es básica, esencial. Parte integrante del ser humano peregrino en las trayectorias del tiempo.

En las profundidades de nuestra imperfección aletea la búsqueda de síntesis, el anhelo de perfección. Aunque fragmentados, somos síntesis de fe, de esperanza, de amor.

Quien espera alguna cosa muestra que tiene fe. Cuando Ud. confía en alguien prueba que tiene fe. En otras palabras: para tener esperanza es preciso tener fe, y viceversa: quien tiene fe tiene esperanza.

En la vida quien echa fuera la fe, también lanza la esperanza. El que no tiene esperanza tampoco tiene fe. Un desheredado de la fe también es huérfano de esperanza.

Cuando vamos donde el médico esperamos curar, buscamos la salud manifestamos fe en la persona del médico. Cuando nuestra fe es grande, adulta, robusta, colocamos nuestra existencia en las manos del Padre, esperando que se haga su voluntad.

Las personas de fe profunda y oración intensa no son pesimistas crónicos jamás. Son almas enraizadas en Dios, hombres diferentes, especiales. Tienen la clarividencia de lo alto. Y la sabiduría insustituible del corazón, esa hija primogénita de la esperanza cristiana.

Los optimistas navegan con los remos de la fe y de la esperanza. Remos fuertes, incombatibles, que los pesimistas no creyentes y ateos desconocen. En ciertos momentos de la vida, o hacemos un acto de fe, o terminamos cínicos totales, partiendo de la desesperación, al desencanto, a la morbidez, a la capitulación.

Aunque fragmentados, somos síntesis de fe, de esperanza, de amor.

La esperanza es vida en la vida de la gente. La fe es un rayo de luz que aclara las tinieblas que que nos circundan. El amor es una pequeña experiencia de Dios en la tierra de los hombres, un pedacito del paraíso enclavado en un llano del exilio.

La fe, la esperanza y el amor nos llevan muy lejos, muy alto, cerca de Dios. Ellas nos traen un Dios desde muy lejos hasta estar cerca de nosotros.

Los pesimistas, los escépticos, con el presente y con el miedo al futuro, se apegan al pasado. Les parecía muy bueno vivir allá.

Hombres de fe construyen el presente con los ojos fijos en el futuro. Valientes, libres, despojados. Como cristianos tenemos una tierra que conquistar, una liberación que hacer, un pueblo que conducir.

Hombres de fe, anclados en la esperanza, confían en Dios, se lanzan a la lucha, aunque la tarea sea grande, penosa, sacrificada. Libertar un pueblo es desafío, conquista, lucha, responsabilidad. Nuestra esperanza no  desinstala. Nuestra esperanza siempre es mayor que el miedo.

El cristiano verdadero siempre será un pionero que anuncia y construye un mundo nuevo. Mundo nuevo que es el Reino de Dios anunciado y comenzado por Jesucristo. Mundo nuevo que es justicia, libertad, amor, paz y reconciliación.

"La alegría y la esperanza,
el luto y la angustia de los hombres de hoy,
principalmente  de los pobres y afligidos,
son la alegría y la esperanza,
el luto y la angustia también
de los discípulos de Cristo.
No se encuentra nada,
verdaderamente humano
que no resuene en el corazón.
                                                                                                       

Esa primera
 impresión

Aquel que tiene una victoria
sobre otros hombres es fuerte,
pero quien obtiene una victoria
sobre sí mismo es todopoderoso
                                           LAO-TZU

Es verdad que sólo tienes una oportunidad de dar una primera impresión. A pesar de esto, el comercio estadounidense está plagado de recepcionistas desagradables, descorteses, pesimistas o hasta incomprensibles. Aparentemente muchas empresas piensan que nadie puede "contestar al teléfono". Aunque es verdad que a nadie se le puede enseñar el mecanismo de contestar el teléfono, las impresiones perdurables de la empresa se obtienen (especialmente en quienes llaman por primera vez) por la manera en que contestan el teléfono.

Hace muy poco recibí una emocionante carta de uno de los nuestros abastecedores. El caballero es el director de ventas en su empresa. Comentó con gran entusiasmo que cuando llamó por teléfono a nuestra empresa la primera vez respondió Lou y la segunda vez lo hizo Bárbara. Su comentario textual fue: "Señor, debo decirle que he hecho innumerables llamadas telefónicas en casi toda mi vida adulta y nunca había escuchado respuestas más optimistas y agradables. Si las primera voces que usted escucha en una empresa son sus primeras impresiones de ella,  usted señor, tiene una compañía de primera clase. Lo debo felicitar por la calidad y capacitación de su personal".

No menciono esto para "echarnos flores", sino sencillamente para recordarte que cada vez que suena el teléfono en tu empresa (o en tu casa), es una oportunidad para que alguien se lleve una buena o mala impresión. Es innecesario decir que los negocios se levantan con buenas impresiones.  Es cierto que debes dar importancia as los demás, pero el principio es crucial. En nuestro acelerado mundo computarizado, te insto a que entrenes a tu gente a suponer que la próxima llamada es la cuenta más grande que tu compañía podría jamás depositar y que deben ser agradables, alegres, corteses y entusiastas.




El maestro al padre de familia: 
"La buena noticia es que su hijo está lleno de ideas creativas...la mala noticia es que todas están en la ortografía".



El chisme es sumamente
destructivo

A menudo escuchamos chistes acerca del chisme, como el de las dos personas que estaban hablando y una dice: "No te puedo contar más. Ya te conté más de lo que oí". Así es gran parte de la tragedia del chisme, el cual puede destruir la reputación de alguien,  y con frecuencia lo hace. El chisme siempre daña las relaciones, en particular con la persona de quien estás chismeando. Por ejemplo, una vez que has dicho algo cruel de alguien, te sientes incómodo a su alrededor y tu relación con esa persona sufrirá.

El doctor Adrian Roger señala sabiamente  que antes de diseminar información que podría ser considerada como chisme, debemos considerar con cuidado estas tres preguntas:

1. ¿Es la verdad? Si no pasa el primer examen, entonces no se debe repetir.

2. Aunque sea verdad, ¿es necesario que otros la conozcan? ¿Ayudará a alguien? ¿Herirá a alguien? ¿Sería mejor no comunicarla? Si no beneficia a nadie, ¿qué posible propósito tendría repetirla?

3. ¿Es amable? En este mundo lleno de cinismo y escepticismo, ¿sería amable repetir esta historia? ¿No sería mejor olvidarla? ¿Te sentirías mejor si repitieras esta información? Cuando la analizas de esta manera, tus posibilidades de convertirte en chismoso se reducen dramáticamente.

Cuando consideras los beneficios de detener el chisme,  descubrirás que estas son sustanciales. Primero, no te perjudicas, lo que significa que tu reputación y estima están sin empeñar. Eso es bueno. Segundo, no dañarás a alguien en su reputación. Esto quiere decir que tu círculo de amigos será mayor.Puesto que la mayoría de nosotros no tenemos amigos que quisiéramos perder, ¡eso también es bueno!



Se ha definido una reunión de clase como una ocasión en que te reúnes con personas que solían tener la misma edad que tú.



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ECLESIAL





Uso y abuso del diminutivo 
                             en las relaciones sociales


Fabio Rivera Vásquez
Presbítero

Entre los países de habla hispana nuestra patria ocupa el primer lugar en el uso y abuso del diminutivo de la palabra, tanto es así que hasta a palabras de otro idioma le aplicamos el diminutivo, por ejemplo, «Ciao», palabra italiana, la volvemos «Chaíto»; «Man» palabra inglesa, muchas veces la convertimos en «Man-cito».

         Qué encanto tiene, pues, el diminutivo?


Nuestro Señor Jesucristo nos dijo: «Si no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos»


Porque el niño es ternura, inocencia, amor y el amor verdadero, (Dios es Amor) simple y llanamente agota todos los diminutivos. Porque el amor es algo tan grande y tan precioso que escasamente nos acercamos a dimensiones muy pequeñas de su verdadero significado. Carlos Peguy escribió: «La inocencia es plena, la experiencia es vacía». Al niño nos acercamos haciéndonos pequeños en las actuaciones y en las palabras: sopita, camita, besito, etc. Cuando mayores, llevados a veces por odios o venganzas hablamos de balazos, madrazos, palabrotas, etc. Cuanto menos amor verdadero hay en una persona, van desapareciendo los diminutivos de su vocabulario y si los usa es para despistar o engañar a otros, como lo hacen los vendedores, los negociantes, los enamorados, etc. Vemos que esa carga de diminutivos es una carga de mentiras o falsedades que desquician desde lo más íntimo las relaciones sociales. Por eso, el espectáculo que ofrecemos a los extranjeros es muy complejo: ellos, en sus países, lo que oyen de Colombia son noticias de secuestros, de droga, de asesinatos, de robos, de violación diaria de los derechos humanos; pero si tienen la fortuna de visitarnos, se encuentran con un pueblo amable, acogedor, que sabe hacer amistades rápidamente, en pocas palabras, quedan encantados, fascinados por estas gentes y por la belleza de estas tierras. 

Somos, pues, una contradicción, un interrogante, sombras y luces que nos hacen pensar: por qué somos así? 

La respuesta completa la podrá dar un buen sociólogo, pero algunas pautas de este comportamiento social nos las revelan ese uso y abuso del diminutivo en nuestras relaciones sociales.

Por la Religión queremos seguir el Evangelio, ser como niños: sinceros, sencillos, amigos de todos y que todos nos amen; pero la escaza aplicación del Evangelio a nuestro quehacer cotidiano; hace que Dios nos repita: «Por qué recitas mis mandamientos y tienes en la boca mi alianza? Tú que detestas la corrección y te echas a la espalda mis mandatos? Si ves un ladrón, disfrutas con él, con los adúlteros te deleitas. En tu boca fraguas la maldad, con la lengua urdes engaños; te sientas a murmurar de tu hermano, a chismorrear del hijo de tu madre; esto haces y me voy a callar?

Crees que soy como Tú? Te acusaré, litigaré contigo. (Salmo 50) También san Pablo escribía a los Romanos: «lo que realizo no lo entiendo; porque no hago lo que quiero sino que hago lo que detesto» (Rom. 7,15).

El pecado corrompe todos los sentimientos humanos, y esos sentimientos puros como los del niño, después del pecado, ya no existen, ya no se pueden expresar porque siempre estarán manchados, poco o mucho, por la conducta de nosotros pecadores.

Así, por esto, la palabra, «hijito mío, amorcito mío» es más verdadera en la boca de una madre llena de ternura.

Así, pues, todas esas palabras tiernas y en diminutivo llegan a estar vacías, a ser una costumbre de un vocabulario regional, una manera cortés de recibir o de dar como cuando nos dicen: a la orden, mi patroncito. Entre nosotros lo falso se ha introducido hasta en las palabras más inocentes y tiernas. Hoy, todo se puede falsificar, pero da lástima que se introduzca lo falso en estas expresiones tan tiernas que parece como escandalizar a un niño.





                             PADRE NUESTRO 
MEDITADO


Hombre: Padre Nuestro que 
estás en los cielos...

DIOS: Sí...Aquí estoy...

Hombre: Por favor...no me interrumpas.  ¡Estoy orando!

DIOS: Pero tú me llamaste...

Hombre: ¿Llamé? No llamé a nadie. Estoy orando...Padre nuestro que estás en los cielos...

DIOS:¡¡¡Ah!!! Eres tú nuevamente.

Hombre: ¿Cómo?

DIOS: ¡Me llamaste! Tú dijiste: Padre Nuestro que estás en los Cielos. Estoy aquí. ¡En qué te puedo ayudar?

Hombre: Pero no quise decir eso. Estoy orando. Rezo el Padre nuestro todos los días, me siento bien orando así. Es como cumplir con un deber. Y no me siento bien hasta cumplirlo

DIOS: Pero ¿cómo puedes decir Padre nuestro sin pensar que todos son tus Hermanos. ¿Cómo puedes decir que estás en los cielos, si no sabes que el cielo es paz, que el cielo es amor a todos...

Hombre: Es que realmente no había pensado eso

DIOS: Pero...prosigue tu oración.

Hombre: Santificado sea tu nombre...

DIOS: ¡Espera ahí! ¿Qué quieres decir con eso?

Hombre: Quiero decir...qué decir...lo que significa. ¿Cómo lo voy a saber Es parte de la oración. ¡Sólo eso!

DIOS: Santificado significa digno de respeto, santo, sagrado.

Hombre: Ahora entendí. Pero nunca había pensado en el sentido de la palabra. SANTIFICADO. "Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo...."

DIOS: ¿Estás hablando en serio?

Hombre: Claro! ¿Por qué no?

DIOS: ¿Y qué haces tú para que eso suceda?

Hombre: ¿Cómo que hago? ¡Nada! Es parte de la oración, hablando de eso...sería bueno que el Señor tuviera un control de todo lo que acontece en el cielo y en la tierra también.

DIOS:¿Tengo control sobre ti?


Hombre: Bueno...¡yo voy a la Iglesia!

DIOS: ¡No fue eso lo que te pregunté! ¿Qué tal el modo en que tratas a tus hermanos, la forma en que gastas el dinero , el mucho tiempo que das a la televisión, las propagandas por las que corres detrás, y el poco tiempo que me dedicas a MÍ?

Hombre: Por favor ¡Para de criticar!

DIOS: Disculpa. Pensé que estabas pidiendo que se haga mi voluntad. Si eso fuera a acontecer...¿Qué hacer con aquellos que oran y aceptan mi voluntad, el frío, el calor, la lluvia, la naturaleza, la comunidad...

Hombre: Es cierto, tienes razón. Nunca acepto tu voluntad, pues reclamo por todo. Si mandas lluvia, pido sol...si mandas sol me quejo del calor, si mandas frío, continúo reclamando; pido salud, pero no cuido de ella, dejo de alimentarme o como mucho.

DIOS: Excelente que conozcas todo eso. Vamos a trabajar juntos tú y yo. Vamos a tener victorias y derrotas. Me está gustando mucho tu nueva actitud.

Hombre: Oye Señor, preciso terminar ahora, esta oración está demorando mucho más de lo acostumbrado. Continúo..."el pan nuestro de cada día dánoslo hoy"...


DIOS: ¡Para ahí! ¿ Me estás pidiendo pan material?  No sólo de pan vive el hombre sino también de MÍ Palabra. Cuando Me pides pan, acuérdate de aquellos que no lo tienen. ¡Puedes pedirme lo que quieras, deja que me vea como un Padre amoroso! Interesado en la última parte de tu oración, continúa...
Hombre: "Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden..."

DIOS: ¿Y tu hermano despreciado?

Hombre: ¿Ves? Oye Señor, él me criticó muchas veces y no era verdad lo que decía. Ahora no consigo perdonarlo. Necesito vengarme.

DIOS: Pero... ¿Y tu oración? ¿Qué quieres decir con tu oración? Tú me llamaste y estoy aquí, quiero que salgas de aquí trasformado, me gustas que seas honesto. Pero no bueno cargar con el peso de la ira dentro de ti! ¿Entiendes?

Hombre:  Entiendo que me sentiría mejor si me vengara.

DIOS: ¡No! Te vas a sentir peor. La venganza no es buena como parece. Piensa en la tristeza que me causarías, piensa en tu tristeza ahora. Yo puedo cambiar todo para ti. Basta que tú lo quieras.

Hombre: ¿Puedes? ¿Pero cómo?

DIOS: Perdona a tu hermano,  y Yo te perdonaré 
a ti y te aliviaré.

Hombre: Pero Señor...no puedo perdonarlo.

DIOS: ¡Entonces no me pidas perdón tampoco!

Hombre: ¡Estás acertado! Pero sólo quería vengarme, quiero la paz Señor. Está bien, está bien: perdono a todos, pero ayúdame Señor! ¡Muéstrame el camino a seguir,

DIOS:Esto que pides es maravilloso, estoy muy feliz contigo. Y tú...¿Cómo te estás sintiendo?

Hombre: ¡Bien, muy bien! A decir verdad, nunca me había sentido así.  Es muy bueno hablar con Dios.

DIOS:Ahora terminemos la oración...prosigue...

Hombre:"No nos dejes caer en la tentación y librarnos del mal..."

DIOS: Excelente, voy a hacer justamente eso, pero no te pongas en situaciones donde puedas ser tentado.

Hombre: y ahora...¿Qué quieres decir con eso?

DIOS : Deja de andar en compañía de personas que te llevan a participar de cosas sucias, secretas. Abandona la maldad, el odio. Todo eso te lleva al camino errado. No uses todo eso como salida de emergencia.

Hombre. ¡no te entiendo!

DIOS: ¡Claro que entiendes! Has hecho conmigo eso varias veces. Vas por el camino equivocado, y luego corres a pedirme socorro.

Hombre: Tengo mucha vergüenza , perdóname Señor.

DIOS: ¡Claro que te perdono! Siempre perdono a quién está dispuesto a perdonar también. Pero cuando me vuelvas a llamar acuérdate de nuestra conversación, medita cada palabra que dices. Termina tu oración.

Hombre: ¿Terminar? Ah, sí, "AMEN!"

DIOS: ¿y QUÉ QUIERE DECIR  " Amén?

Hombre: No sé. Es el final de la oración.

DIOS: Debes decir AMEN cuando aceptas todo lo que quiero, cuando concuerdas con mi voluntad, cuando sigues mis mandamientos, porque AMEN quiere decir ASÍ SEA, estoy de acuerdo en todo lo que oré.

Hombre: Señor, gracias por enseñarme esta oración, y ahora gracias también por hacérmela entender.

DIOS: Yo amo a todos mis hijos, pero amo más a aquellos que quieren salir del error, a aquellos que quieren ser libres del pecado. ¡Te bendigo, y permanece en mi paz!.

Hombre: ¡gracias Señor! ¡Estoy feliz de saber que eres mi amigo!


FELICITACIONES 
A TODAS LAS MADRES






LLAMADAS A LA SANTIDAD

El espléndido salón que desde este lugar domina la ciudad, es efectivamente  el símbolo del pueblo de Dios que,  en esta comunidad se ha reunido, "por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así pues, los prodigios de gracia y amor que, durante tantos años de existencia,la Santísima Trinidad ha realizado en favor de las generaciones cristianas que en este territorio han creído en el Evangelio y se han esforzado por vivirlo.

Verdaderamente es grande el amor que Dios nos tiene a cada uno. Es grande, el amor que Dios les tiene a cada uno de ustedes, y a todos los que han recibido el regalo providente de estar viviendo en estos lugares tan hermosos en donde se puede contemplar con toda magnificencia la obra maestra de la creación, motivo por el cual debemos darle gracias una y mil veces.

Este panorama que se abre a nuestros ojos, simboliza bien la presencia tranquilizadora de Dios Trino, que desde las alturas orienta y protege la vida de los hombres. Al mismo tiempo, este lugar constituye una fuerte invitación a mirar hacia lo alto, a elevarse por encima de las cosas ordinarias y de todo lo que hace pesada la vida terrena, para fijar la mirada en el cielo, con una continua atención hacia los valores espirituales. Es, por decirlo así el punto de encuentro entre ustedes y nosotras: el descendente del amor de Dios revelado a la humanidad, y el ascendente de las aspiraciones del hombre a la comunión con Dios, fuente de alegría y paz.

Demosle gracias a Dios Padre, a Dios Hijo, a Dios Espíritu Santo.

Trabajemos por nuestra perfección, animémonos, tengamos un mismo sentir y vivamos en paz. Supone en todos nosotros la capacidad de entusiasmo. ¡Pensemos en grande! ¡Tengamos la valentía de ser atrevidos en el buen sentido de la palabra, Con la ayuda de Dios trabajemos por nuestra santificación. Tenemos que responder por este proyecto que el Señor nos tiene a cada uno. La Santidad.

La cruz nos invita a testimoniar con valentía la fe que hemos heredado de nuestros padres. Estemos dispuestos a proseguir por el camino de la nueva evangelización, llevando con valentía la cruz victoriosa de Cristo, la cruz de nuestro sufrimiento cotidiano.

Tengamos un mismo sentir. Queridas madres de familia, aceptad esta invitación a la unidad de los corazones y a la comunión plena en Dios. ¡Es grande la vocación que habéis recibido de él! El de ser madres de familia abierta a la vida y al amor, capaz de transmitir esperanza y confianza en el futuro ante una sociedad que a veces carece de ellas.

Para el cristiano la razón profunda de la alegría interior se encuentra en la palabra de Dios y en su amor, que jamás falla.

"El Dios del amor y de la paz estará con todos nosotros en este peregrinar"

María, Nuestra Señora de los Desamparados a quien con tanto amor veneramos nosotras las Siervas del Santísimo y de la Caridad vele desde lo alto por cada una de ustedes y por la gente de este lugar.

María Reina de la paz, escucha nuestra oración; haz que seamos testigos creíbles de tu Hijo Jesús y artífices incansables de paz.

Hna. Pubenza Escobar B.
Medellín, mayo 10 de 2015


EL PAPA FRANCISCO LLAMA 

A LA SANTIDAD





PARA SER SANTO HAY QUE DAR AMOR, MUCHO AMOR









PARA SER SANTO  HAY QUE 

LOCO LOCO ENAMORADO 

DE DIOS



Adrián Martín Vega

 Qué Bonito (Video Completo)






LA LIMPIEZA DE MI CONCIENCIA
HACE QUE EL CORAZÓN
ME SALTE DE GOZO
Santo Tomás  Moro

Lo más grandes hombres han de merecernos todo el respeto Y más si a sus palabras y su vida ha seguido una muerte de martirio y una gloria de santidad.

Uno de estos hombres fue el Canciller de Inglaterra. En tiempo de Enrique VIII. Tomás Moro.

De él son estas palabras autobiográfica:

-La limpieza de mi conciencia hace que el corazón me salta de gozo.

Pronunció estas palabras en la cárcel de la Torre de Londres, poco antes de su martirio. Por eso tiene más merito.

Tomás Moró murió precisamente por querer conservar limpia su conciencia sin venderla a nadie, ni al mismo Rey.

Y esto – nos dice-le daba tal felicidad, que le hacía saltar su corazón de gozo.

Nosotros andamos bastante lejos de Tomás Moro…me supongo.
Nosotros buscamos también la felicidad como él, como todo mortal, pero no siempre de acuerdo con una conciencia en paz con Dios y limpia delante de los hombres.
Nosotros no tenemos tantos miramientos cuando se trata de conseguir la felicidad, ¿verdad?

Si el negocio o lo deseado vale mucho, lo vendemos todo…aun la propia conciencia…Y luego…¿nos salta el corazón de gozo?





TÚ Y LAS VIRTUDES


LA SENCILLEZ ES EL PRINCIPIO
Y EL FIN DE TODA VIRTUD

PÍO XII


Donde no hay sencillez no puede arraigar la virtud; ni puede crecer ni madurar Tú verás que los importante de este mundo, los que se creen superiores a los demás, los que piensan caminar muy por encima de la tierra…no son precisamente los que tienen más virtud.

El verdadero virtuoso es aquel que menos lo sabe.

La verdadera virtud no gusta de propaganda fácil. No se vende por la calle ni se compra en las plazas. La verdadera virtud se queda en casa, para los que viven en casa.

La verdadera virtud es silenciosa, es recatada, es humilde.

Tú has visto personas sencillas. Nadie habla de ellas. Y menos de ninguno, ellas mismas.

De todos hablan bien y a todos quieren por igual.

Estas almas sencillas tienen un corazón pequeño en apariencia y en el decir de la gente, pero muy grande en realidad.

Sólo que la grandeza de estos corazones no se puede ver desde fuera.

Dios, que nos ve desde arriba y desde dentro, sabe muy bien quién es grande y quién es pequeño.

Una cosa nos conviene saber a todos: Que para Dios, el más sencillo es, muchas veces, el más grande.

-¿Eres tú, a los ojos de Dios, pequeño a grande?




Revivir
Pensamientos para renovar tu vida

Miguel Bertran Quera S.J.

NO EL MUCHO SABER HARTA Y SATISFACE EL ALMA, SINO EL SENTIR,  y  GUSTAR DE LAS COSAS INTERNAMENTE

San Ignacio de Loyola


1.      La felicidad no está en saber muchas cosas: La felicidad está en el gusto y satisfacción que tiene el alma.

2.      La felicidad es un secreto del corazón bueno que sabe amar rectamente.

3.      Ser feliz es más fácil de lo que creen muchos, porque para serlo basta procurar la felicidad del corazón, y ésta la podemos hallar siempre buscando la proximidad de Dios.

Sentir a Dios internamente es un regalo que Dios otorga a las almas sencillas. Gustar a Dios es un privilegio que Dios concede a los que quiere., no precisamente a los que más lo necesitan según su Providencia.

Tú y yo tenemos que pedir y disponernos para esta satisfacción y gusto interior que concede Dios. Es el alimento que nuestras almas necesitan ordinariamente, a no ser que el Señor quiera llevarlas por un camino más difícil, de sequedad espiritual.

Entrenate en este arte de sentir y gustar de las cosas internamente. Si entran por este camino, te van a sobrar planes y distracciones exteriores. Y te va a faltar tiempo para estar a solas contigo y con Dios.

Entonces vas a comprender en toda su profundidad las palabras de la Escritura: “Nuestra vida es estar escondido con Cristo  en Dios”




TÚ Y LA VERDAD
LA VERDAD ES LA REALIDAD
       DE LAS COSAS



Qué es la verdad? 
La verdad es la realidad de las cosas.

La verdad es lo no ficticio, ni lo irreal, ni lo imaginado por nosotros. La   verdad tampoco es lo deseado o lo temido.

La verdad es lo que ya existe, y tal como existe aquí y ahora. 

Muchos preferimos forjarnos un mundo distinto, aparte, a la medida de     nuestros sueños y gustos…Y en él quisiéramos vivir, y a él vamos a vivir cuando    nos entregamos a este juego estéril de la evasión.

¿Pero es esto la realidad? ¿Por qué huimos de la verdad? ¿No será por nuestro mucho caudal de egoísmo? ¿No será por nuestra mucha pereza, que teme enfrentarse y luchar con la realidad?

6. Si somos sinceros, tendremos que reconocer que es así.


                    
                                        
NO TE ACOSTUMBRES A VIVIR
ENGAÑADO…,DE NADA TE SERVIRÁ

Vivir no es engañar. Pero a veces lo parece.


 En la vida, muchos vivimos engañando a los demás, vivimos queriendo pasar por lo que no somos, vivimos queriendo disimular nuestras deficiencias y faltas.

Lo malo es que nos acostumbramos a este juego para acabar tomándole gusto. Y al fin somos nosotros mismos los primeros engañados.

Habrás visto qué difícil es que un hombre conozca o reconozca sus defectos si los que le rodean procuran disimulárselos, e intentan más bien convencerle de virtudes que no tiene… ¡Y qué fácil es caer en tan dulce y halagadora trampa!

5. El que se acostumbra a vivir engañándose, elige para sí un camino bien duro, una vida nada fácil a la larga. Vivirá constantemente en alerta y sobresalto, intentando defenderse de cualquier sombra de sospecha y amenaza.

6. Vivirá con tensión y angustia que de nada le ha de valer. Porque al fin la verdad     siempre sale a luz y triunfa.

El juicio de los hombres es de lo que creemos. Tiene su hora, que más pronto o        más tarde llega. Pero si los hombres fallan, está para suplirles el juicio de Dios. 

Cuando los hombres aparezcan ante los demás para ser juzgados el último día por lo que son  y por lo que hicieron…o desearon hacer, ¡qué vergüenza para algunos, qué gloria para otros!

Allí sólo hablará el JUEZ  con mayúscula. Pasará sentencia la misma Verdad.

Sin retórica, pero piénsalo: -¿Te imaginas que dirá el JUEZ, de ti o de mí, aquel día?




SEA VUESTRO MODO DE HABLAR
SÍ, SÍ; NO, NO


San Mateo
                     
                           
  Sinceridad: palabra de moda. Hoy se predica y estima mucho la sinceridad, el decir las cosas por su nombre; si son sí, sí; no, no.

 Pero esto no es nuevo. Estaba ya en el Evangelio. Sinceridad no es decir siempre y a cualquiera todo lo que se piensa o se siente. Nadie ha dicho que para ser sinceros hemos de ser imprudentes.

Sinceridad es traducir nuestros pensamientos y deseos,
 primero en palabras y luego en obras.

La sinceridad no acaba, pues, con descubrir nuestro interior. 
La sinceridad va a adecuar nuestro mundo interior con nuestro mundo exterior. 
Es decir, confirmar con nuestra conducta la validez de nuestras palabras.

 Según estos principios deberíamos hablas de sinceridad.
 Y examinarla en nosotros antes que en los demás. Te invito ahora a hacerlo:

¿Son de los que no dan mucha importancia a exagerar 
los hechos cuando pregonan, mis éxitos…?

¿Soy de los que callan y restan valor a lo bueno que otros han hecho?

¿Soy de los que reconocen  lealmente sus fallos y faltas, o más bien busco enseguida la defensa y excusa…aun a veces dejando que la duda manche la fama de los demás?

___¡ Señor, yo no sé si he sido siempre sincero contigo… y conmigo!

__¡Pero te pido que cada día me repugne más la sinceridad!




LOCO DEBO DE SER
PUES NO SOY SANTO



Fray Pedro de los Reyes

Locura o santidad. Es una disyuntiva que no todos comprenden y acepta

 Fray Pedro de los Reyes la expresa claramente en el famoso soneto que por largo tiempo se
atribuyó a Lope de Vega. Y que dice así:

_Yo…¿para qué nací? Para salvarme
Que tengo que morir es infalible.
Dejar de ver a Dios y condenarme,
 triste  cosa será pero posible.
¿Posible? ¿Y río y duermo y quiero holgarme?
 ¿Posible? ¿Y tengo amor a lo visible?
 ¿Qué hago? ¿En qué me ocupo? ¿En qué me encanto?
¡Loco debo de ser pues no soy santo”
Muchas verdades hay aquí. La más importante, es la   última:

_¡Loco debo de ser pues no soy santo! Expresa una gran lección. No entregarse a una vida
buena, santa…es locura. Y   de estas locuras, y de estos locos va muy cargado el mundo.
No quieras tú aumentar aún más su número 

Examina de cuando en cuando tu grado de locura, y por contraste, conocerás también tu grado de santidad.


NO ES POSIBLE DIVIDIR
AL INDIVIDUO


1.   ¿Se puede dividir el hombre?

El individuo, el hombre, es una unidad así en lo orgánico como en lo psicológico. No se puede dividir en zonas o en niveles. Pretender dividir al individuo es destrozarlo.

2.   Y aun sabiendo por experiencia, preferimos vivir destrozándonos, vivir divididos, vivir partidos dentro de mostros mismos.

3.   Nos divide el querer algo con nuestros instintos ciegos y no poder  y no poder realizarlo por nuestros principios y credo religioso. Nos divide el desear fuera de casa lo que Dios nos concede solamente en casa.

4.   Nos divide tener un corazón con dos o más caras, según sea nuestra conveniencia o capricho.

5.  Nos divide el disimulo, la insinceridad, el miedo, el qué dirán, una ambición imposible de realizar…

6.   ¡Cuántos individuos hay en el mundo que viven divididos dentro de sí, con doble o triple personalidad, con vidas sin ilusión! Porque no se atreven a querer una sola cosa y que ésta sea precisamente la que Dios les ofrece…

Dime: _ ¿Vives tú también…dividido?





LA JUVENTUD, ¿ES UN COMPLEJO
DE LOS VIEJOS?

Reconozcamos que está de moda el tema de la juventud. En la prensa, por la radio y televisión, en conferencias, se habla mucho de la juventud de hoy.

¿No será demasiado?
¿No será contraproducente?

Cierto, no son los jóvenes quienes traen más el tema a colación. Son los mayores quienes se interesan……discuten…juzgan y condenan.

A los jóvenes les debe molestar que se ocupen tanto de ellos y, 
sobre todo, que se preocupen por ellos.

A todos convendría quedarse más en su sitio propio, 
y reconocer sobre todo los propios defectos.

Los mayores podrían recordar mejor los problemas de su juventud, 
porque no fueron sus dificultades tan distintas de las 
que ahora tienen nuestro jóvenes.

Y de este recordar…sacarían mayor comprensión.

Los jóvenes deben reconocer que es ley de la vida que pasen los años…
y admitir por otro lado que quien más puede saber más.

Y de este reconocer…sacarían también más humildad.

Los jóvenes han de aprender de los mayores la experiencia y prudencia.

Los mayores, a su vez, deben aprender de los jóvenes, iniciativa, empuje e idealismo.

Unos y otros os necesitáis. Id pues de la mano, ya que camináis hacia la misma meta.

El que es mayor, pórtese como padre.

El que es más joven, como hijo




LA JUVENTUD  NO ES UN PERIODO DE LA VIDA, 
ES UN ESTADO DE ESPÍRITU, 
UN EFECTO DE LA VOLUNTAD
Mach Arthur

Tú  conoces al general Mac Arthur. Fue el conquistado del Japón en la última guerra mundial.

Dicen que Mac tenía sobre su mesa de trabajo esta consigna:

-“La juventud no es un período de la vida. Es un estado del espíritu, un efecto de   la voluntad.”

Conviene reflexionar sobre esto.

La juventud o la vejez no son patrimonio de los años y del tiempo.

Hay juventud mientras hay un espíritu vivo, una voluntad activa y creadora, 
un deseo de progresar.

Tenemos la edad que tienen nuestras ideas.

Hay personas viejas en edad que son jóvenes en su espíritu, 
porque sus ideales no se han fijado en el pasado, porque su corazón 
es capaz de más y más entrega.

Y hay personas jóvenes en edad con una vejez prematura de espíritu 
y de corazón cansado, porque temen mirar abiertamente 
y confiados el porvenir.

Es que los años no dictan la pauta de la juventud o de la vejez.

Ser joven o ser viejo es una historia muy personal.

Los años podrán arrugar nuestra piel. Pero lo que arruga nuestra alma
 no son los años, sino las desilusiones consentidas.

El hombre se hace viejo cuando se deja vencer por la desilusión,
 por la desconfianza, por los ataques de los demás…

El hombre se hace viejo cuando se rinde.



TÚ Y LOS OTROS

NO HAY QUE DECIR QUIERO SALVAR MI ALMA,
SINO QUIERO SALVAR EL MUNDO
Lacordaire


Un cristiano no puede pensar en singular. No puede quedarse tranquilo, 
después de haber trabajado por su propia salvación y perfección.

Un cristiano, ayer y hoy, se salva, salvando a los demás.

El tipo egoísta no es cristiano, Aunque vaya a la Iglesia y comulgue cada día…

Quizá este cristiano-egoísta no ha conocido otra manera de vivir su cristianismo. Quizá por esto tenga ante Dios el perdón de los ignorantes…

Pero tú y yo no tenemos ninguna excusa si fomentamos nuestro egoísmo. Nuestro siglo no puede admitir más la contradicción de un hombre bueno ante Dios
 y malo ante los semejantes.

Hoy no puede admitirse un cristiano individualista y mezquino, 
de corazón encogido y de cabeza enana. Hoy se han ensanchado
 mucho las fronteras, han caído muchas murallas y todos nos conocemos mejor.

Hoy el cristianismo se ha de vivir ecuménicamente, socialmente,
 bajo el principio de la caridad y del derecho de gentes.

Si tú no tienes esta dimensión horizontal en tu vida, el siglo presente y el futuro no te reconocerán como cristiano. Si la tienes, serás el cristiano que pide la hora actual.

_Di, ¿cómo vives tú el cristianismo?



MANOS QUE NO DAIS ¿QUÉ ESPERÁIS?


Muchos tienen olvidados los refranes. Por ejemplo, éste tan lleno de sentido: 
-Manos que no dais, ¿qué esperáis?

A todos nos cuesta dar. Realmente o imaginariamente todos nos 
sentimos mendigos a la hora de dar.

Pero es curioso que sean precisamente los que tienen y no dan, 
aquellos que a la hora de dar se creen menos obligados.

Son los eternos avariciosos en todos los órdenes de bienes, son espíritus
 herméticamente cerrados y egoístas que siempre se quejan de todo, 
cuyo eterno lamento es que nadie les atiende y nadie les quiere…

Si le preguntáis a uno de estos: _¿Tú que das a los demás? Os contestará enseguida: -¿Cómo puedo dar, si a mí nadie me da…? 
_¿Cómo puedo dar, si yo soy el más necesitados de todos?

Es la contestación ordinaria. No siempre se formula en palabras tan claramente,
 pero así se piensa siempre en el silencio del corazón.

No doy_dicen_porque no recibo. La verdad es todo lo contrario…
y al revés. No reciben porque no dan.
El que quiera recibir tiene que empezar por dar. El camino es adelantarse, 
tomar la iniciativa y no esperar sentados a recibir ayuda de los otros.

Oye, a ti te dice algo este refrán: _Manos que no dais. ¿qué esperáis? 
Y no serán acaso estas tus manos?





Y AHORA MISMO, MÁS DE DOS TERCERA
PARTES DE LA HUMANIDAD
PASAN HAMBRE
Abbé Piérre

Saber es muchas veces incómodo. Por ejemplo…saber que ahora mismo más de dos terceras partes de la humanidad pasan hambre.

Es un hecho. ¿increíble? ¿Exagerado?. Lo parece. Pero no es así. Las estadísticas hablan.

Y lo más importante es pensar que todos estamos en el mismo planeta, los que sufren y los que ríen, los que son felices y los que no lo son, los hambrientos y los que enferman por excesos en el comer.

Y conviene que comparemos un poco nuestras vidas, nuestros horarios de trabajo y aun nuestras comidas cotidianas.

Conviene que nos demos cuenta de que en nuestra mesa quizá ha sobrado hoy pan o carne, y que en otras mesas falta desde hace días.

Y conviene, sobre todo, que después de pensar, obremos en consecuencia.

Hoy, cuando las distancias son tan cortas, nos sería muy fácil comer primero, en casa, y luego ir a tomar el café en alguno de estos países y rincones del mundo donde la gente pasa hambre…y de hambre muere.

Seguro que entonces aprenderíamos algo muy importante: Que vivimos sin conocernos, que vivimos sin ayudarnos, que vivimos sin amarnos…

Y esto nos hace culpables. A ti…y a mí.




NO SON LAS SITUACIONES EXTERIORES LA CAUSA
DE NUESTROS SUFRIMIENTOS,
SINO LO QUE NOSOTROS
PENSAMOS DE ESTAS
SITUACIONES


La vida es una cadena de dificultades.  Este hecho no pide demostración.

Pero has de saber que no son las situaciones adversas tal como nos llegan de fuera, el principal enemigo de nuestra felicidad.

El enemigo está dentro de nosotros. Es tu cabeza, tu modo de ser y de pensar, quien te hace enfocar los problemas desacertadamente.

Pero las quejas no han solucionado nunca las dificultades. Y los cambios que buscamos... o no son muchas veces posibles; o cuando lo son, tampoco solucionan definitivamente nuestros problemas más graves

Lo más necesario es casi siempre cambiar el foco de la lente de nuestra cámara fotográfica. Lo más práctico es cambiar nosotros, no las cosas.

Oye:

___¿Te pasa a ti algo de esto?

___¿Eres de los que se quejan de todo?

___¿No podría ser que tuvieses tal vez la lente desenfocada.




LLEVAR UNA ASTILLA EN EL CORAZÓN,
Y HABLAR DE OTRA COSA, ES HAZAÑA DE FUERTES

                                                                        Gar-Mar


Todos llevamos alguna preocupación dentro. Digamos...una "astilla".

Una astilla se clava en la carne sin apenas notarse. Luego, la molestia o el dolor nos revelan su presencia..

Y queremos arrancarla. A veces es tan fácil, porque la astilla quedó clavada en la superficie. Otras veces, la astilla quedó muy hundida bajo la piel y hay que levantar la misma carne.

En la vida, hay penas que se nos clavan como las astillas...unas a flor de piel, otras bien adentro del corazón.

Estas astillas más profundas duelen infinitamente. Y no siempre son fáciles de arrancar. Si no te ayudan otras personas, no podrás sacarlas por ti mismo.

Hay quienes te aconsejará callar y seguir viviendo en secreto tu pena...Te dirán que así has de practicar la virtud de la fortaleza, que así serás fuerte y heroico dominando tus sentimientos.

Pero seamos realistas.

Una pena verdadera no es un mero sentimiento  que va y viene caprichosamente. Hay, con frecuencia, un motivo real que no podemos mudar a nuestro gusto, ni siquiera con mucha virtud y esfuerzo.

En estos casos, no hay más remedio que esperar. Y desahogar la pena con alguien que pueda comprendernos y aconsejarnos.

Eso sí, no convienes que propagues tus problemas a cuatro vientos. Si te basta confiarte a una persona, no busques dos. Si necesitas dos, no sean tres.

En la vida es imposible vivir sin astillas. Pero sí es posible con más paz y felicidad si hay alguien que comparte con nosotros las astillas...



DIOS LLAMA A CADA UNO PARA QUE TRABAJE
POR LA EXTENSIÓN DEL REINO.


Desde antes de nacer el señor ya tenía puesta su mirada en cada uno de sus hijos asignándoles un lugar muy importante dentro de la Iglesia que abrió sus puertas con amor, alegría y esperanza el día del bautismo, para hacerlo partícipe en el crecimiento y progreso de la Iglesia.

Abrimos los ojos a la vida y ya éramos protagonista en este hermoso escenario creado por la mano del Divino artista: Dios. Un escenario hermoso y el hombre rey del universo para continuar la obra que Dios puso a disposición. Hombres y mujeres responsables en esta tarea de continuar creando.

Dotados de inteligencia, con grandes carismas, con un potencial espiritual para trabajar con libertad, guiados de la mano del Hacer Divino. Regalo de los cinco sentidos para ponerlos al servicio de todos, energía, vitalidad, visión de futuro, todo a favor de los hijos de Dios.

Creo que hemos sido irresponsables en este caminar y le hemos dejado a Dios en un segundo plano para crear nuestros propios dioses: El dios dinero. El dios poder, el dios placer…El hombre se ha dejado enceguecer y prima los intereses personales, el egoísmo, la violencia, la falta de respeto por la vida que ya se ha implantado la cultura de la muerte, creyendo el hombre que él tiene poder sobra la vida y la muerte.

La sociedad anda en un caos sin saber para dónde va. Las familias ya no son las familias modelos donde se formaban los hijos en un ambiente cristiano, sembrando hermosas semillas de amor, respeto, alegría, temor de Dios; inculcando los grandes valores espirituales, morales: Se enseñaba a respetar al otro, a amarlo o verlo como un verdadero hermano, hijo de Dios.

Da tristeza ver cómo nuestros niños, nuestros jóvenes se debaten entre la vida y la muerte. Cuántos hogares en donde la luz del amor, de la esperanza, de la alegría se ha extinguido por completo y ronda el miedo, el terror, el desamor, la irresponsabilidad…

¿Qué responsabilidad tenemos en este drama que se está viviendo? Tenemos mucha responsabilidad porque no hemos sido lo suficientemente fuertes para llevar el mensaje de Dios a nuestros jóvenes, a nuestros niños…talvez no hemos sido el punto de referencia para ellos; talvez no hemos sido verdaderos testimonios.

¿Tienes algo que objetar al respecto?


Aun quedan fuerzas
Juan C. H.
Aun nos quedan fuerzas para continuar soñando:
Aun el sol madruga y da su luz y calor
Aun conserva la tierra su locomoción
Aun la simetría mantiene en el Universo su exactitud
Aun los niños mantienen su gracia y su amor
Aun los jóvenes visualizan un mundo mejor
Aun la esperanza no envejeció
Aun la conciencia no pierde de única ciencia
Aun las mujeres custodian el Amor
Aun los hombres siembran en el campo y en el corazón
Aun el bien se impone con su lógica razón
Aun la ilusión no se cansó
Aun el odio es vencido por el perdón
Aun la alegría no es una suposición
Aun el mar canta con  sus aves su canción
Aun los animales pacientes esperan la redención
Aun la luna no cambió de color
Aun las flores conservan su aroma y esplendor
Aun el cansancio no venció
Aun la guerra no dominó
Aun las tragedias no son aunque parezcan del corazón
Aun los pensamientos de buena voluntad continúan en constante evolución
Aun el esclavo no se resignó
Aun la justicia espera en Dios
Aun saltamos cuando el pie se cruza perdiendo su pretensión de obstrucción
Aun gritamos pregones de humanidad
Aun nace silvestre en el alma la solidaridad
Aun quedan fuerzas de hermandad
Aun quedan fuerzas sin fuerzas físicas y de metal
Aun queda fuerza espiritual
Aun se percibe y se ve la suprema fuerza celestial




EL SUEÑO DE NUESTROS NIÑOS


¡Qué bello es velar  los sueños de los niños!. Gozar con sus fantasías, viajar por el mundo de sus sueños y construir ciudades, escalar montañas, subir a las nubes,  jugar con la luna y las estrella. Dialogar con el sol y plantar flores de esperanza en cada rincón del planeta.


Son verdaderos artistas, constructores de grandes sueños; grandes profesionales constructores de un mundo mágico en donde hay espacio para todos sin discriminación, libres de prejuicios, en donde no se conocen las palabras violencia, guerra, secuestro, narcotráfico, guerrilla, armas nucleares, armas blancas, armas de fuego, minas interpersonales y tantas palabras que han servido  para sembrar el caos, el miedo, el temor, el odio, la inseguridad, la tristeza y la falta de oportunidades.

El mundo de los niños es un mundo donde no cabe la maldad, donde la alegría es la más bella expresión de su inocencia. Aman porque saben amar. ¿Has contemplado alguna vez la mirada de un niño? ¿Qué has sentido al ver la pureza de su mirada, la transparencia de su alma angélica? ¿Has tenido la oportunidad de conversar con ellos? ¿Les has dado la oportunidad de pintar el mundo de sus sueños? Si  acaso no lo has hecho, hazlo ahora y te sentirás sorprendido de tanto potencial, tanta energía, tanta vitalidad.

Luchemos de una u otra forma para que al niño no se le atropelle en sus derechos, estos pequeños gigantes de un mundo que se debe construir con cimientos sólidos.



Psicología


La fantasía

Necesaria para crecer y madurar
Autor: Joaquín Rocha
Psicólogo especialista en Educación para la Comunicación
joacorocha05@yahoo.com.ar


La Fantasía  es una actividad psíquica considerada la base del juego de los niños
 Investigaciones psicoanalíticas, sobre los cuentos de hadas, han demostrado un alto valor terapéutico y estético que ayudan a solucionar angustias y conflictos emocionales, por un lado, y, por otro, permiten reafirmar la identidad individual frente a lo colectivo.

“La fantasía establece un grado superior de la imaginación capaz de dar forma sensible a las ideas y de alterar la realidad, de hacer que los animales hablen, las alfombras vuelven, y las cosas aparezcan y desaparezcan como por arte de magia. Recoge sus componentes de la realidad interna y externa, y la transforma creando una realidad distinta. Apoyada en la imaginación, se asocian imágenes de la realidad y se las reacomoda en un todo con significado diferente. Gracias a ella, es posible integrar el cuerpo de una mujer con el de un pez y dar nacimiento a una sirena o dotar, con propiedades humanas, a los animales en el contexto de una fábula” (Mirta Rodríguez, Fantasía y Literatura Infantil).

La fantasía, en los niños, forma parte del proceso de su maduración, contribuyendo a estimular otras áreas de las conductas, en relación con la capacidad imaginativa. Desde la sanidad, la fantasía promueve la sociabilidad de los niños.

Se suele creer que los libros de fantasías sólo están destinados a entretener a los niños sin aportar un mensaje valioso. Libros infantiles así los habrá, pero no todos responden a ese criterio. Por ejemplo, la colección de Editorial San Pablo “Las hadas nos hablen de…” apunta a inculcar, al niño, valores que hoy, nuestra sociedad, no predica.

La infancia se caracteriza por suponer que las ideas, palabras e incluso deseos puedan ejercer efectos físicos directos sobre objetos inanimados (animismo);  así también, comprende pensamientos sobre eventos sobrenaturales (existen seres que vuelan) y, sobre todo, una gran capacidad de crear un mundo alternativo al mundo real. Esto define al “pensamiento mágico”.

Estudios señalan que fomentar este tipo de pensamiento, en los niños pequeños, favorece que éstos incrementen su creatividad y su capacidad de pensamiento divergente (uso de razonamientos ilógicos para buscar soluciones innovadoras).

La teoría piagetiana resalta la importancia de este tipo de pensamiento, por el hecho de que el niño estructura su capacidad y sus conocimientos a través de su entorno y de sí mismo, por medio de sus experiencias e impresiones, y organizando sus instrumentos de expresión. “Así, cuando el niño escucha un cuento fantástico o de hadas, que trata sobre algo nuevo, puede aprenderlo y asimilarlo con la ayuda de sus conceptos y experiencias anteriores, y, para alcanzar una comprensión más profunda y desarrollar su nuevo concepto, acomoda sus conocimientos nuevos a sus conocimientos viejos” (Víctor Montoya, El poder de la fantasía y los cuentos infantiles).

Es de vital importancia que tanto padres como docentes acompañen este proceso de maduración, dado que siempre aparecerán ciertas dudas e inquietudes que el niño deseará compartir. Una respuesta adecuada a su edad le ayudará a construir  una personalidad sana y sólida.

Debido a que los niños creen que lo imposible es posible, es positivo estimular su imaginación y su lenguaje mediante la lectura de libros estéticamente bellos, con historias que los trasladen a un universo donde conviven héroes sobrenaturales, bosques mágicos y hadas luminosas y sabias.

“Las joyas literarias más codiciadas por los niños son los cuentos fantásticos, que narran historias donde los árboles bailan, las piedras corren, los ríos cantan, y las montañas hablan. Los niños sienten especial fascinación por los castillos encantados, las voces misteriosas y las varitas mágicas. El cuento es el género en el que todo es posible” (Mirta Rodríguez, o.c.).

El tiempo “perdido” en la lectura de un cuento es tiempo “ganado” en la formación de la personalidad y fomenta mejores vínculos entre padres e hijos.

¿Son los cuentos algo más que inocentes fantasías destinadas a entretener niños? ¿Es posible que estas maravillosas narraciones, cargadas de personajes mágicos e irreales, puedan aportar mensajes valiosos? La respuesta es sí, el cuento nos invita a recorrerlo para reconocernos. Estos relatos no han sido escritos para dormir a los niños, sino para despertar su conciencia y brindarles una explicación del mundo; en ocasiones, nosotros mismos somos el cuento, ya que se ponen en escena los aspectos esenciales de nuestro ser.

Bruno Bettelheim, en su investigación psicoanalítica de los cuentos de hadas, encontró, en la trama, un inmenso valor estético y terapéutico, capaz de desencadenar las ataduras neuróticas y ayudar a los niños a solucionar sus angustias y conflictos emocionales. Sin embargo, mucho antes que Bettelheim diera a conocer su Psicoanálisis de los cuentos de hadas, Sigmund Freud definió la fantasía como un fenómeno inherente al pensamiento, como una actividad psíquica que reside en la base del juego de los niños y en el arte de los adultos, puesto que los instintos insatisfechos constituyen las fuerzas impulsoras de la fantasía, y cada fantasía es una satisfacción de deseos, una rectificación de la realidad insatisfactoria. Tanto el juego como el arte ayudan al individuo a soportar una realidad apuntalada de conflictos emocionales y contradicciones sociales.

Por último, es necesario resaltar la importancia de que el niño viva adecuadamente su infancia, etapa llena de pensamientos mágicos, dudas e inquietudes que deben ser compartidas con los padres, de quienes el pequeño debe recibir comunicación, respuestas y orientación adecuada, factores relevantes en la construcción de una personalidad sólida.


 Ayudemos a los niños a construir el mundo de sus sueños dándoles amor, brindándoles todas las oportunidades para que sigan creciendo con la fuerza de los principios morales, espirituales. Estos niños son el futuro, son la esperanza de una sociedad que le abre sus puertas dándoles la bienvenida. Seamos guias, orientadores, forjadores de voluntades férreas, de espíritus aquilatados. Rodeemos a los niños de todo aquello que lo robustece personal y espiritualmente. Los niños son alegría, amor, esperanza, futuro y son la sonrisa de Dios dibujada en sus rostros. Los niños nos necesitan; abramos caminos para que ellos transiten por ellos con paso firme y al ritmo de los más bellos ideales.
¡Ven a servir!


Por eso, para llegar al final del día sintiéndonos más personas, habiendo amado más, habiendo comunicado a otros vida verdadera es que estamos dispuestos a servir. Servir en Belén educando, capacitando, formando a otros. Servir para ser instrumentos en manos de Dios, para construir aquí en la tierra, con hechos concretos, el Reino de Dios, Reino de vida verdadera.

“La pobreza es la necesidad de pedir. Y la pobreza forma parte del amor. El que no tiene nada que pedir no puede amar. No es posible amar de verdad cuando no tenemos nada que pedir. Ustedes que están peleando se dicen: “te amo” Eso significa yo tengo necesidad de ti, yo te necesito.

Dios no necesita a los hombres pero si quiere tener necesidad de los hombres porque es amor. El que no necesita pedir no aprende a dar. Para no dar de mala forma, para no caer en el paternalismo, en la condescendencia , se necesita haber aprendido a pedir para sí mismo.

Yo voy a nombrar algunas palabras que para mi constituyen el fundamento de la solidaridad y que permiten establecer vínculos profundos entre dos mundos: recibir y dar: siempre hay que tener una mano para recibir y otra para dar amor.pedir y ofrecer: el que no aprende a pedir no sabe ofrecer, ni lo piensa. Negar y perdonar: tener la sencillez de reconocer que no podemos hacer todo.

Cuando la miseria humana viene a tocar a nuestra puerta no podemos responder a todo. Eso nos duele. No podemos resolver todos los problemas. Perdonar por la desconfianza. Perdonar es un paso importante en la tolerancia.

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