TU CRUZ ERES TU MISMO
Por cruz se entiende aquí todo lo que causa dolor o molestia.
Es cruz…tu enfermedad, tu dolor de cabeza, el poco aprecio que los demás te tienen, tus fracasos pequeños o grandes, tus disgustos de todas clases y de cada día…
Esta es la cara externa y pública de la cruz.
Pero hay todavía otro aspecto, otra cara de la cruz, más íntima, más ignorada, más aguda y molesta muchas veces.
Esta segunda cara de la cruz está dentro de nosotros, porque somos nosotros mismos.
Cada uno de nosotros, con su temperamento especial-eso que la gente llama nuestras rarezas-, este modo de ser tuyo o mío, colérico, impetuoso, a veces inquieto,, a veces nervioso, a veces apático y amorfo…con toda esta ley misteriosa de variaciones infinitas…
Todo esto es nuestra cruz.
Si quieres que esta cruz te sea soportable y menos pesada, acéptala sin queja. Acéptate a ti mismo tal como Dios te ha hecho.
Si Dios quiere que sigas atado a esta cruz, y no te pide más para ganarte el cielo…no tienes derecho a quejarte de mala suerte.
__Y te quejas tú muchas veces de la tuya, ¿verdad?
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